Con perdón, pero yo creo que al Granada no lo mataron nuestros cambios. Ellos mismos han llegado hasta aquí en estado comatoso…
Pero sí, en cuanto Renato bajó el pistón un poco, mientras manteníamos en el campo a muertos vivientes como Bamba y Dotor y al transparente (Cajara dixit) Cervi, ellos quisieron creerse algo. Y veinte minutos más tarde de eso Rafa recuerda que LDT está en el banquillo. Pasamos de jugar con ocho a hacerlo con once otra vez. Bueno, diez desde lo de Iago.