Vaya mala ostia que llevo.
Imagino que como la mayoría, por lo de siempre: con esta panda de figuritas da igual el partido que se haga que el resultado siempre es el mismo.
El árbitro? Pues nada nuevo bajo el sol. Si ya en Balaídos tienden a ir de machitos y a envalentonarse pitando lo que no harían en el 90% de los campo, pues ya cuando juegas contra el club del nacionalcatolicismo... Apaga y vámonos. Y el Var, mal usado, es una puñalada trapera a la justicia en el fútbol. Y aquí lo usan cuando les interesa.
Ellos? Pues lo de siempre también: cuando al alemán de turno no le da por meter un gol desde su casa le da al croata, y cuando no hay un rebote, te pitan tres penaltis o dejas rematar solo a un bigardo que es prácticamente lo único que hace bien. Pero lo que está claro que como mínimo, como muy mínimo, nos van a vacunar una vez.
Nosotros? Pues un poco lo de siempre también. Da igual más ofensivos, más ordenados, más defensivos, más desbocados, que al final las dos o tres que tienes siempre las fallas y facilitas con un par de errores que las bailarinas se pongan por delante.
Lo mejor? Balaídos. Aún con una grada que podía ser bastante mejor, pasó lo que algunos preveíamos: que ese fondo se está convirtiendo en un altavoz tremendo que hace que por fin el estadio se parezca a una caldera. Ahora mismo poco que envidiar a ninguna grada de animación. Estupendo para callar la boca a muchos que decían que en Balaídos no se animaba: falso, siempre se animó y mucho. Pero mal, porque ni la instalación ni la dispersión de las peñas ayudaba.
Y ahora? Ahora toca fichar. Yo no suelo hablar ni quejarme mucho de esto, pero ya es hora. Queda menos de una semana para el cierre del mercado, en la temporada que todos, incluido la directiva, teníamos marcada en rojo, y tenemos un problema de calidad en el centro del campo y de gol arriba muy evidente. Hay que fichar y hay que fichar bien. Ahora es cuando espero el do de pecho por parte del ojo de Campos, y el de los Mouriño para rascarse bien el bolsillo y ni mentar el tan manido límite. Nos va la vida en ello.