Acojonante!!!. Y el 5 de penal!!!.
Es que ni me atrevería a decir que ha sido justo. Viveiro se puso 0-2 muy pronto, con goles de un mal bicho que atiende por Diego Santín; uno en un resbalón inoportuno del portero cuando tenía un balón controlado y otro en una toupeirada en defensa propia del Celta del año pasado, pero la verdad es que controlaba el partido. El GP marcó el 1-2 hacia el final del primer tiempo en un cabezazo en el segundo palo de Dani Rosas, pero no tuvo muchas más claras. El partido fue pleno de calidad: debieron salir unos diez balones fuera de límites.
En el segundo tiempo el GP salió un poco embotado y Santín avisó una vez ganando la carrera a la defensa y perdonando, pero la segunda la clavó. 1-3.
El GP tiene un buen entrenador que lee bien los partidos, cambia piezas y posiciones y provoca que pasen cosas. La calidad general del equipo es la que es (la creatividad la pone Breo, la mala idea en ataque Rosas y los demás, toneladas de voluntad) y les cuesta un mundo que el balón llegue sin dar saltos a la frontal. Pero una de las pocas veces le llegó a Henok Abalde (otro ex del Celta) que de espaldas se inventó un pase de tacón al interior del área por donde apareció Breo como una exhalación para recoger el balón y colarlo junto al palo. 2-3.
Sin embargo, el GP no acabó la faena; Viveiro volvió a hacerse con el control del partido lo justo para llegar una vez a puerta, casi marcar a bocajarro aunque Breo hizo una salvada descomunal bajo palos, pero ya no pudieron hacer nada con el rechace. 2-4. Debía ser el minuto 80 (hoy tampoco funcionó el marcador) y parecía que el pescado estaba vendido.
Y ya, lo que pasó a partir de ahí lo tengo como en una nebulosa. Realmente, no pasaba nada, pero debía correr el minuto 89 (si no ya el noventa) cuando en un córner en contra del GP el despeje pilla a Viveiro mal colocado y en un contraataque rapidísimo conducido por Rosas pone el balón al área donde llegan ¡tres! jugadores del GP solos, remate de cabeza y gol. 3-4 y el árbitro había marcado seis minutos de descuento. El Viveiro no debía dejar que pasase nada más, o pensaba que no iba a pasar, pero el GP puso la fe y en un balón parado colgado al área el portero sale a por uvas, pierde el balón y le cae a alguien local (no me dio para identificarlo) y 4-4. Delirio local y amenazas de muerte de un aficionado del Viveiro a su entrenador.
Y todo debía haber acabado ahí. Realmente, al GP le valía el resultado y no le hubiera importado que el árbitro pitara el final, pero el balón llegó de alguna manera dentro del área, Rosas (creo) hizo un recorte, se encontró el pie de un contrario y se fue al suelo. El árbitro pitó penalti y el Viveiro estaba tan anonadado que casi ni lo protestó. Edu tiró el penalti, 5-4 y delirio.
Aún dio el árbitro tres minutos más de regalo. Nervios, pero todo acabó bien. No me gustaría ser el entrenador del Viveiro en el largo viaje de vuelta. No me gusta la propuesta de juego de su equipo, pero no creo que todo sea culpa suya.
Si está bien la clasificación que he visto hace un rato, el Gran Peña es segundo a tres puntos del Estradense y en solitario. Quién lo iba a decir.