Aprovechando que el Celta nos ha dado la tarde libre (y, en parte, también por una cierta nostalgia de Barreiro), me he ido a ver el Gran Peña - Alondras. Ha ganado el Gran Peña 2-1. En Cangas tienen que estar tirándose de los pelos ahora mismo.
Alondras tiene muchos más argumentos que el Gran Peña para hacer carrera está temporada. Buenos jugadores combinativos como Yelco Alfaya, Fran López, Lucas Camba; gente con oficio atrás… En el descanso entraron Roi Tato y Robert Carril. Con eso dominaron tranquilamente la primera parte, es verdad que sin crear demasiadas ocasiones de peligro. Por su parte, el Gran Peña trabaja desde su orden sobre el campo y no va sobrado de figuras. No soy un seguidor histórico de las canteras y el único al que conocía era a Breo Sío. Después tienen a un tal Edu, con un disparo fuerte que intenta a la menor oportunidad que puede, y al delantero Dani Rosas. Y son un equipo honrado.
El gol del Alondras fue en propia puerta, hacia el final de la primera parte; era el premio al dominio, paciencia y maduración física del GP. Un desborde por la derecha de su ataque terminó en un centro raso y fuerte que entre el portero y un central se arreglaron para que entrase. Estaba al quite Fran, pero no hizo falta. Y poco más pasó en la primera parte. El Alondras era superior y no se adivinaba de qué manera podía el Gran Peña intentar algo.
En la segunda parte, con los cambios, Alondras empezó más o menos igual, pero sin concretar. Poco a poco se fueron conformando, porque GP tampoco inquietaba mucho y se limitaron a esperar echados atrás, sin ir a sentenciar el partido. De hecho, hicieron cambios defensivos (aunque es verdad que han tenido mala suerte con un par de lesiones), pero lo cierto es que se durmieron. En el minuto 25 el GP metió cambios y, entre eso (realmente, funcionaron muy bien) y que no les quedaba otra, empiezaron a carburar en ataque. Haciendo las cosas sencillas consiguieron empezar a llegar al área, sin mucho peligro, pero cada vez un poco más. Breo tocó más balón (hasta ese momento había sido indetectable para el Alondras, para los propios compañeros y para la tribuna) y el equipo combinó mejor y peleó cada balón en campo contrario. Dio dos avisos serios (incluido un cabezazo al larguero del propio Breo) hasta que en el minuto 37 (diría yo) llegó el primer gol en un buen movimiento dentro del área de Dani Rosas. Muy merecido. De ahí al final, todavía tuvieron más aproximaciones. Alondras, que se vio todo el partido con tres puntos, intentó estirarse, pero el partido ya no estaba para ellos. En el último minuto del descuento el GP colgó una falta lateral a la altura del banquillo al medio del área; allí, con algún rebote, alguien (quizá Tato) intentó despejar de manera que el balón hizo una parábola muy alta hacia su propia portería. El portero, con todo el tiempo del mundo para pensar que hacer, esperó que cayera la pelota, alzó los brazos… y se le coló entre sus manos y el larguero. 2-1 y no hubo tiempo para casi nada más. Alegría de la afición local e incredulidad de la parroquia canguesa. No es que vinieran muchos (nada que ver con el partido del año pasado contra el Celta C, en el que, además nos dieron para el pelo). Igual era un poco menos de media entrada en Barreiro.
Son tres puntos rescatados por el Gran Peña que les refuerzan anímicamente y serán importantes para seguir sin pasar apuros. Por lo visto hoy, salvarse sin apuros es una aspiración lógica y quedar en la mitad de la tabla un éxito. En el caso del Alondras, tienen equipo para algo más, pero les falta un DC (Fran ha jugado de eso, pero, como cuando lo hacía con el C, creo que no es su sitio y es desperdiciar a un muy buen media punta con pase y gol), pero no se pueden permitir la desconexión que han exhibido hoy en la segunda parte.