Hizo crack en la final de los Juegos contra Djokovic, antes de saltar a la cancha. Y, probablemente, le hizo más mal que bien el jugar el dobles con Nadal. Todo esto dicho desde el punto de vista emocional. Él mismo ha dicho, resumiendo, que no ganar el oro fue como fallarle al país. Desde ahí no da cuerda con bola.
Tiene que conseguir resetear eso. No creo que sea un problema irresoluble, puede quedarse en un mes malo, pero tiene que evitar la retroalimentación. Y, una vez conseguido, pensar que la fase de jugar para divertirse es muy romántica, pero que de ahora en adelante el tenis debe ser una profesión, como lo era para Rafa. Menos glamour, pero más duradero.
Al final, su peor rival es él mismo. Nada que no intuyéramos.