Por cierto, me vi el último cuarto del Barça-Girona. Lo que veo:
El Girona entra en el último cuarto ganando por seis puntos. Ha ganado claramente el tercer cuarto y tienen la pelota para empezar. El entrenador les marca cómo quiere hacerlo.
Girona no va a meter ni un solo punto hasta que queden unos cinco minutos y medio. A los dos minutos, el Barça ya había remontado y no dejó de estar por delante hasta el final. El festival de pérdidas con pases al limbo y casi sin tirar a canasta es monumental; nos juntamos cinco foreros random y con barriga a echar una pachanga sin conocernos y no fallamos tantos pases. Pero después del último cuarto que nos marcamos nosotras contra Zaragoza (no metimos ni una canasta en juego y sólo dos tiros libres), como para decir algo.
A los dos minutos (cuando el Barça remonta), el entrenador de Girona pide un tiempo muerto y le dice a la base, Laura Peña (ha llegado a ser internacional), que lo está haciendo fatal, pero que no la quiere cambiar porque la hunde, que prefiere perder el partido pero que se rehaga, que confía en ella. Todo esto, muy calmado. Vuelve a cancha, falla la siguiente jugada y la cambia. No vuelve a entrar.
El cuarto va avanzando con errores y fallos de unas y otras. No se ve un pasotismo injustificable por parte de Girona, pero tampoco que se esté jugando nada. Tampoco digo más, el baloncesto femenino es así, pero es como esas veces que jugando al fútbol dices: me gustaría ganar, pero para que voy a meter la pierna, aquí hemos venido a tocarla. Y más juego individual que colectivo.
El Barça llega a su marcador final a falta de minuto y medio para terminar, con un par de canastas sobre Girona, creo que cinco puntos. Tampoco hay un carrusel de faltas. Con algún fallo más, Girona se pone a tres; Barça ataca y falla. Le quedan a Girona dieciséis segundos por jugar y están tres abajo. Suben el balón andando, el Barça no presiona y esperan todas metidas en su zona. Varias jugadoras en el exterior se pasan el balón entre ellas. Al menos dos tienen posición clara de triple, amagan y pasan, pero no intentan el tiro. El tiempo se va agotando. A falta de cinco décimas, una del Barcelona hace una falta tonta, casi sin querer y no era ni necesaria, son dos tiros. La tiradora de Girona falla el primero de cualquier manera y le hace un gesto a una compañera, que espera el rebote y se lo debe recriminar, que dice claramente: “total, para qué”. Mete el segundo y acaba el partido dos abajo. Fiesta en el Palau, lleno.
¿Vendieron el partido? No lo creo. ¿Faltó tensión competitiva y hambre? Desde luego.
No sé si este equipo está en condiciones de ganarle a Canarias, que sabe que tiene que ganar en Girona porque nosotras vamos a ganarle a Bembibre. Sí, se juegan la posición en los playoff y lo hacen delante de su público, con lo que el pasotismo sería menos tolerable, quiero pensar.
——-
Bonus track: en alguno de los artículos de hoy he leído algo así como que Barça (que ya sabemos que no son una sección del club de fútbol como nosotras no lo somos del Celta) tiene serios problemas económicos y hasta puede estar en riesgo de desaparecer. Supongo que confirmar que se mantienen en Primera les “ayudará”.