Bueno, el partido fue un poco más tranquilo de lo que anticipaba. Más allá de cómo nos deja la victoria de ventaja sobre Canarias, casi me parece más importante que a ellas les he visto muy pocos argumentos para salir de ahí abajo.
Sí, son muy grandes, pero poco más que eso. Éste es un deporte de gente alta, no cabe duda, pero sólo con eso no basta. Su casi único argumento es Astou; las demás no tienen nada diferencial (o, por lo menos, hoy no lo han enseñado) y sí bastantes carencias técnicas. Cristina ponía el foco en Loville, que es una de las máximas anotadoras de la competición y por eso le puso una defensa más específica, con el resultado de que (me parece que) no llegó a los diez puntos. Y una Astou con toda la elegancia que tiene a un 60% -por decir algo- de lo que puede ser, no llega. La senegalesa, Fall, de la que hablábamos más arriba, todo lo que tiene de grande lo tiene de torpe. Y vinieron con once jugadoras, pero de verdad de la buena juegan con siete. Las tres blancas casi ni olieron la bola.
Y eso que al final del primer cuarto nos fuimos abajo 16-23, bien en anticipación defensiva, pero fallando lo increíble bajo canasta a pesar de coger los rebotes. Musa estuvo hoy particularmente mal y Haidara muy mal en la primera parte. Aun así, la sensación era de que ellas tenían más premio del que merecían. En el segundo cuarto ajustamos defensa y nos empezó a entrar el ataque. Hoy, increíblemente, funcionó el tiro de tres: Ane, TD, Robyn, Haidara… Ya no necesitábamos meternos debajo de su bosque de brazos y nos fuimos al descanso con un 42-37, que debiera ser un 44-34 si Haidara tuviera relleno entre las orejas. El resultado reflejaba mejor la realidad del partido.
Tras el descanso, Cristina se permitió el lujo de jugar con su unidad B (si es que podemos decir que nosotras tenemos de eso) hasta dos minutos y medio antes del final. Ellas, por su parte, reservaron minutos de Astou, supongo que esperando por los dos lados que la cosa se resolviera en el último cuarto. Ellas se acercaron en el marcador y nos superaron (un poquito dormidas salimos a la pista, como de costumbre), pero sin que llegara la sangre al río. Al final del cuarto seguíamos ganando 59-53; o sea, que lo ganamos de un punto.
Y cuando podían llegar los miedos en el último cuarto, fuimos consistentes. No es que metiéramos todos los ataques, pero metimos varios triples oportunos y cada canasta nuestra era un clavo en el ataúd para ellas, demostrando que son un equipo frágil. A falta de siete minutos nos pusimos más de diez arriba y ya apenas hubo respuesta. De ahí al final, tranquilidad y defensa por nuestra parte (Musa y Haidara mejoraron en el acierto y ellas nos concedieron rápido cinco faltas) y precipitación y fallos por la suya. Sufrimos menos de lo esperado y el resultado final, 78-66, absolutamente justo. Tres victorias y basket average sobre Canarias a falta de nueve partidos. Y nos queda jugar con Bembibre en casa el último partido de liga. Si descendemos será para corrernos a gorrazos.
No sé a quién dar el MVP. A Haidara me niego, porque la falta de cabeza no puede tener premio y la jugada final del primer tiempo es para chacinarla. Quizá Robyn, porque su tiro de larga distancia hoy sí funcionó muy bien. Pero, en general, fue una victoria de equipo.
Un cachito de la victoria volvió a ser responsabilidad de Navia. Hoy estaba el pabellón lleno, quizá los fondos a tres cuartos, pero con bastante gente por los pasillos superiores. Mucho ruido todo el partido y mucha felicidad al final. Falta el último empujoncito para decir que la permanencia está hecha, pero podemos buscar esa victoria adicional con menos presión. La primera oportunidad será el sábado que viene en Lugo a las 19:15 contra Ensino (que a ver si nos hace el favor de ganar hoy en Barcelona) y, si no, el domingo 3, a las 12:30, contra Baxi. El objetivo está muy cerca.