Hasta donde yo sé, el compromiso personal y mutuo con el presidente es total. El presi ha repetido en público y en privado que Cristina es su entrenadora mientras ella quiera.
Lo que yo no entendería es que en una temporada sin las estrecheces económicas de la anterior, recién ascendidos, unas prestaciones tan mediocres (aunque nos salvemos por milagro) terminasen en que tanto ella como la dirección deportiva del primer equipo continuasen como si tal cosa.
Ya he dicho por ahí atrás que no puedo juzgar con verdadero conocimiento de causa el trabajo con las categorías inferiores, pero en lo que es baloncesto profesional las carencias en cuanto a diseño de plantilla y manejo de los recursos son evidentes en las dos patas. El presente les ha adelantado por la derecha y criterios que eran válidos hace veinte años hoy están obsoletos. Hace falta subir el nivel para competir en Primera. Cristina ha tenido dos temporadas y la segunda ha empeorado a la primera con una plantilla que es algo mejor, excepto por Musa. Los fallos individuales son una cosa, pero la falta de riqueza táctica y de lectura del juego siguen siendo los mismos que cuando ascendimos hace dos años; señal de que no se aprende o de que estamos muy aferrados a ideas periclitadas. Las defensas son antediluvianas (para muestra, los primeros cinco minutos en Ferrol, y eso que íbamos avisadas; después tampoco se mejoró, simplemente dejaron de acertar; pero lo de la defensa al tiro exterior lo llevamos viendo dos temporadas) y en ataque no se ven sistemas (la mayor parte se resuelven en jugadas individuales). Ni siquiera se ven jugadas preparadas para situaciones especiales. No sé si porque la dirección en pista no da para más o si por que quien ficha no ha evolucionado con los tiempos. No se ficha, en general, ni colmillo ni cabeza, sino buen rollo (exagero deliberadamente), como si fuésemos un equipo de colegio, y lo que no, es relleno cazado a lazo por “oportunidad”. En las circunstancias personales y particulares que se dan en este caso, más incomprensible aún.
Para mí, no toda la culpa es atribuible a ella y creo que tiene muchos valores, no siendo el menor la identificación con los del club, pero, tanto descendiendo como manteniéndonos, creo que hay que cambiar. Traer ideas nuevas, scouting sistemático, análisis masivo de datos, gestión profesional, idiomas para integrar plantillas multinacionales sin que nos caiga la cara de vergüenza con tweets como el de Ari de la semana pasada. Tiene que haber más Linos López por ahí, por ejemplo. El problema es que en dos semanas hay que estar diseñando la plantilla de la siguiente temporada, en la categoría que toque, y ya vamos tarde para cambiar.