Diría que era lo que le quedaba. Mercedes intentará pescar a Verstappen en el río revuelto de Red Bull y, si no, se quedará con Antonelli. Y ya debía tener claro que Red Bull no lo consideraría ni como sustituto de Checo ni mucho menos del propio Verstappen. Además de que ese movimiento no se va a decidir hasta casi acabada la temporada y, seguramente, Carlos no quería correr el riesgo de quedarse en blanco un año.
La próxima temporada aguantará como un buzo en el fondo de la parrilla, a la espera de ver si a Williams le tocan mejores cartas con el reglamento de 2026.